- El problema del osteópata
- La búsqueda de información
- Análisis de los movimientos del cráneo
- ¿Un don?
- Cuando llora, ¿es que le duele?
- Con el sufrimiento, la emoción
Los fundamentos de la osteopatía nos dicen que la mayoría de las veces el síntoma no es más que la punta del iceberg. Es la manifestación visible de un cúmulo de hechos relacionados con la historia del paciente.
Apenas nacido y ya con una larga historia...
Ahora bien, incluso un recién nacido ya tiene una larga historia. Comienza en la concepción, o sea, unos nueve meses antes. Y durante todo este tiempo, muchas dificultades y fuerzas de coacción han podido dejar su impronta en sus tejidos.
La investigación actual en psico-genealogía va más allá incluso, ya que admite que el niño es portador de información transmitida por los linajes ancestrales...
Pero una historia sin palabras
Los recién nacidos y los niños pequeños no hablan. Es más, cuando el niño comienza a hablar, a menudo no tiene las palabras para expresar verbalmente lo que realmente siente. Siente un malestar, que se expresa a través de su síntoma.
¿Qué relación establecer?
¿Cómo descodificar esa historia y sobre todo permitir las liberaciones necesarias para recobrar la salud? Es gracias a su otra mirada, es decir a la palpación de los tejidos del niño, que el osteópata podrá entrar en relación con ellos y «escuchar» lo que le quieren contar.
¿Cómo viven estas estructuras?
La palpación entrenada del osteópata le permite conocer cómo vive la estructura del paciente. Gracias especialmente al impulso rítmico tisular, el cual es perceptible en todas las partes del cuerpo y en particular a nivel del cráneo.
Primero, el osteópata busca informaciones sobre la historia de su pequeño paciente, preguntando a los padres.
¿Cómo fue el embarazo?
- Estado de salud de la madre,
- Sus percepciones y su buen o mal estar durante las primeras semanas,
- ¿Hubo algún conflicto o duelo durante el embarazo?
- ¿Hubo uno o más traumas físicos (accidente, caída, choque, etc.)?
- ¿Contracciones?
- ¿Pérdidas de sangre?
- ¿Amenaza de dilatación prematura del cuello del útero?
- ¿Necesidad de alguna intervención médica o algún tratamiento medicamentoso?
Examen del niño
El osteópata se interesa por el niño mismo y sus estructuras. El examen puede realizarse de diferentes formas, según el osteópata. Veamos un procedimiento clásico. El osteópata examina al niño en busca de informaciones visibles desde el exterior que indiquen alguna fuerza de coacción.
- Disimetría craneal, plagiocefalia.
- Escoliosis cuando el niño está tumbado y después sentado.
- Forma y simetría de la pelvis.
- Forma y alineación de las extremidades.
A la escucha de la estructura
El niño está cómodamente estirado sobre la camilla. El osteópata coloca sus manos sobre su cráneo con un contacto suave, que debe respetar los tejidos.
Ritmo y calidad de movimiento
- En un primer tiempo, el osteópata se impregna de aquello que siente.
- El ritmo craneal es un fiel reflejo de la vitalidad del paciente examinado.
- De él, mentalmente evalúa el ritmo, la amplitud y la fuerza.
Densidad
- En un segundo tiempo, averigua el nivel de densidad del cráneo (para comprender la densidad, imaginad la diferencia de la sensación en el contacto de una bola de billar comparado con el de una naranja).
- Ciertas estructuras son, de manera natural, más densas que otras (por ejemplo, el hueso es más denso que el músculo). Pero la misma estructura, dependiendo de si ha estado sometida a fuerzas de coacción o agresiones, puede ser significativamente más densa de lo normal.
- La densidad nos informa sobre la calidad de la relación de una estructura viva.
- Cuanto mejor vive dicha región, más se comunica y menos densa está (en comparación con su naturaleza).
Tensión
- El osteópata averigua igualmente el nivel de tensión (para comprender la tensión, imaginad la diferencia del contacto que existe entre un balón inflado y otro menos inflado).
- La tensión nos informa, sobre todo, del estado de estrés de un organismo.
- Cuanta más tensión hay, más estrés existe.
- Algunos bebés dan la impresión de ya estar estresados ...
Análisis de los movimientos del cráneo
Por último, averigua si el cráneo presenta algunas anomalías de funcionamiento, especialmente, en sus movimientos fisiológicos. Para ello, procede a realizar unos test que le permiten identificar las perturbaciones y hacer las correcciones que son necesarias.
¿Sólo el cráneo?
El osteópata no sólo se interesa por el cráneo. En todas las partes del cuerpo puede haber anomalías en la vida de los tejidos, incluidas las vísceras. Dado que los tejidos están encadenados entre sí, es importante detectar y tratar dichas anomalías en cualquier parte del cuerpo. Por lo tanto, se interesa por la pelvis, en particular el sacro,
- por la columna vertebral,
- por la esfera visceral,
- por todos los tejidos del cuerpo ...
Liberaciones
Todo esto es muy suave, sin ningún gesto forzado.
- El osteópata se contenta con mantener el cráneo en una posición que permitirá que las fuerzas internas del cuerpo se manifiesten y «reinicien el mecanismo que estaba distorsionado ».
- El osteópata podrá utilizar la cooperación del paciente pidiéndole que respire de una cierta manera (esto sólo se puede hacer con el niño un poco más mayor o en el adulto).
- El paciente (al menos, el paciente adulto) no experimenta nada desagradable, al contrario, se siente bien, se relaja y, a veces, se duerme.
- La simple percepción del movimiento craneal no requiere un don en particular.
- Es accesible a cualquier persona que posea una buena sensibilidad táctil.
- Esta sensibilidad, como cualquier sistema de percepción, puede afinarse considerablemente mediante el entrenamiento para llegar a ser, en el caso del osteópata, extremadamente eficiente.
Un largo aprendizaje
- La corrección de las lesiones craneales es cosa del osteópata que se ha formado para este tipo de intervenciones.
- Ello requiere un estudio en profundidad y una formación perseverante ya que estas técnicas son difíciles de adquirir y dominar.
- A menudo se requieren años de trabajo para lograrlo.
Cuando llora, ¿es que le duele?
Uno de los aspectos más espectaculares del tratamiento osteopático del bebé proviene de su comportamiento: a veces el niño llora, se debate, da la impresión de estar padeciendo, lo cual, inquieta a los padres que asisten al tratamiento. Este comportamiento plantea la cuestión del dolor.
Un tratamiento que no es doloroso
Pienso que este tratamiento no es doloroso. Varios elementos permiten esta afirmación.
- El mismo tratamiento realizado en un niño más mayor o en un adulto no es doloroso.
- Si la madre está dando el pecho, basta con colocar al bebé al pecho y continuar tratando el cráneo mientras el bebé mama para que el llanto cese instantáneamente. Si hubiese dolor –pecho o no– seguiría llorando.
- Finalmente, un signo externo: un niño con dolor aprieta los puños con mucha fuerza. En la camilla, los niños a veces lloran muy fuerte, pero las manos no están cerradas. Con frecuencia pueden estar movilizando al mismo tiempo un objeto que les hemos dado para ocuparlos.
Si no es el dolor, ¿entonces por qué llora?
Me pregunté por qué durante mucho tiempo, sin comprender… Entonces, leí el libro de Frédérik Leboyer Pour une naissance sans violence (Por un nacimiento sin violencia), el cual me permitió comprender mejor. Se pueden proponer varias explicaciones.
Un sufrimiento presente en los tejidos
Al trabajar en la estructura tisular del niño, alcanzamos ciertos recuerdos de su padecimiento. Dicho sufrimiento impregna sus tejidos. Es parte de la memoria tisular y cuando comenzamos a liberar los bloqueos tisulares profundos, el sufrimiento emerge a la vez que los tejidos se liberan.
- El niño vive el instante presente y lo expresa tal como lo siente.
- No es capaz de hacer la diferencia entre lo que recuerda y el momento presente.
- Él no ha aprehendido, como el adulto, a razonar, a relativizar las cosas, a distanciarse.
Antes de los seis o siete años, es muy difícil comunicar con un niño por medio de la razón. Él no se plantea todavía la vida de esta manera. Es importante explicarle lo que ocurre, lo que se le va a hacer, pero no hay que esperar que estas explicaciones permitan pasar por alto la expresión de las emociones que emergen.
Con el sufrimiento, la emoción
Con las fuerzas de coacción que le comprimen emerge una emoción. La más habitual es el pánico. Es lógico, en particular, cuando la dificultad del niño está relacionada con un nacimiento difícil.
- Efectivamente, en ese momento, el niño está totalmente bloqueado y comprimido de manera muy fuerte, lo que en sí mismo es generador de pánico.
- Si, por añadidura, la atmosfera que le rodea es tensa, lo cual es, lógicamente, el caso cuando las cosas no van bien, el niño entra en pánico.
- Es precisamente este pánico que se expresa por medio de lágrimas, a veces muy patéticas ...
Con la liberación, la calma
Afortunadamente, una vez que se liberan las dificultades ansiógenas, el niño se calma y a menudo se queda dormido. Es asombroso ver a este bebé que estaba tan agitado, «con tanto dolor» hace unos instantes, que de repente se calma y a menudo se duerme.
Bibliografía
Janov, Arthur. 1993. Le Cri primal. Paris: Flammarion. (Ed. española: AbEl grito primal. Trad. de Aurora Bernárdez. Barcelona: Edhasa, 2009).
Leboyer, Frédérick. 1974. Pour une naissance sans violence. Paris: Le Seuil. (Ed. española: Por un nacimiento sin violencia. Trad. de Fernando Luis Cabal. Madrid: Mandala Ediciones, SA, 2008).